jueves, 28 de mayo de 2009

Mónica Núñez Cortés.

Poco y nada sé de Mónica Núñez Cortés. Sé que mi mamá ensayaba una obra con ella en su momento, y que por alguna razón yo me quedaba largo tiempo en su casa. Yo tenía el recuerdo de que mi mamá me dejaba allí y se iba, pero ella me dijo que de hecho, ensayaban en casa de Mónica, y por eso yo me quedaba con la hija en algún salón o habitación de la casa, esperando a que terminen.
En su momento, me encandilaba un enorme piano de cola que había en el living (o lo que yo creía era el living). Era una casa muy grande, y la mía muy chica, una de las razones por las cuales nunca pude tener un piano, además de la cuestión económica, que merodeaba siempre como una sombra por la casa de Bulnes luego de la separación de mis padres. A mis padres les costó bastante reconstruirse económicamente luego del divorcio. La realidad es que yo siempre quise tener un piano, y cada vez que veía uno en la casa de alguien, sentía a mi corazón conmoverse hasta el infinito. Solía mirarlo de reojo todo el tiempo, estaba fascinada por el instrumento, que se me hacía intocable, primero porque todos los dueños de los piano son celosos de él, y segundo, porque no creía poder sacarle ningún sonido bueno, ni mucho menos.
Así que Mónica Núñez Cortés tenía un enorme piano en su casa. La hija me parecía, francamente, la muchacha más suertuda del mundo, con ese pianote en su casa. En realidad, se me hace que era un piano de cola, pero por ahí no lo era. Por ahí era un piano común y corriente. Ya bastante tuerzo las cosas que me acuerdo, así que pueden imaginarse lo que hago con las que no recuerdo tan bien.
También recuerdo que ella tenía computadora en su pieza, o no se si era su pieza, por lo menos era la pieza en la que nos dejaban. Y me mostró un juego magnífico: el Carmen San Diego. No podía parar de jugarlo. En el recuerdo se me figura, me parece, que mi presencia fastidiaba bastante a la hija de Mónica. No se si era más grande que yo, o qué pasaba, pero la recuerdo ligeramente malhumorada conmigo. Probablemente, mi fascinación con la casa a ella se le hacía pesada, ya que ella no veía nada de extraordinario en lo que tenía y había tenido desde siempre. No es que fuera mucho, pero para mí lo era. Ese piano, ya era el mundo entero para mí.
También sabía que era la hermana del Leluthier del mismo apellido, un hombre simpatiquísimo, siempre me gustaron y me gustarán los Les Luthiers.
Y nada más. Que era amiga de mi mamá. Que era actriz, y que era afortunada. Y también me acordaba de su nombre, lo tenía fijado en mi mente, vaya a saber por qué extraña razón.
Hoy abro un mail que el Celcit suele mandar cada día por medio a todos los integrantes del grupo yahoo. Resulta que hace años que no abro uno de esos mails. No los abro, nunca. Los dejé de leer al mes que me los empezaron a mandar. Pero a este lo abro, sin ninguna explicación posible. En el mail dice:
De Ernesto Michel (Buenos Aires, Argentina): Nuestro adiós a Mónica Nuñez Cortés
¿POR QUE SE MUEREN LOS BUENOS ? SI HAY TANTOS HIJOS DE PUTA
ADIOS MONICA NUÑEZ CORTES
Y no lo puedo creer. No puedo creer que abro un mail que nunca abro, nunca en la vida lo abro, y cuando lo abro me encuentro con este mensaje. Y me acuerdo de su nombre. Y de su casa. Y de su hija. Y del hermano Le Luthier. Y recuerdo que en un momento, mi mamá ensayaba obras de teatro, y recuerdo cuánta pasión tenía yo por los pianos, siendo tan pequeña. Y me entristezco. Me entristezco hasta lo indecible. Porque yo conocí a esa mujer. Porque me caía bien. Porque estuve en su casa, y ahora está muerta. Y no era mayor que mi mamá, creo. Y pienso en su hija. Qué será de su hija. Busco en internet. En La Nación, dice que falleció de una larga enfermedad. Leo los artículos. Es una actriz muerta. Y yo soy actriz también.
En la página de cinenacional, dice la fecha de muerte: 21 de mayo de 2009. El jueves pasado. Y me pregunto si a mí me pasará lo mismo, toda una vida, y luego figurar como nació un... de 1983 y murió el... de... y ser eso. Ser un ente entre dos fechas del calendario occidental. Ser un principio y un final, en una página de internet. Y las coincidencias. Morir el mismo día que murió tal y tal (en la página lo dice). Morir el mismo día que nació tal y tal. Y la vida se hace pequeña entre esas dos fechas, como una delgada línea de cobre.
Y no puedo evitar la identificación, porque es una actriz, como yo. Yo me hice actriz, y entonces la veo a ella como un antecedente, yo la conocí antes de saber que mi destino estaba en el escenario, y ahora ella está muerta, y en algún momento (quizá pronto, quizá no) yo lo esté también. Yo elegí la profesión de esa mujer, de esa mujer que aparece ahora entre los mensajes del Celcit.
Conocí durante mi infancia a algunas mujeres actrices, a los cuales les seguiría los pasos, sin darme cuenta. Mi profesora de música de la primaria, María Nidia, era actriz de telenovelas (y sigue siéndolo) y yo no lo sabía. Me la encontré hace poco, y charlábamos de nuestros proyectos, y compendí que de pronto eramos colegas, que yo era colega de mi profesora de música del primario. Y un hilo fuertísimo me une a estas mujeres actrices, estos primeros atisbos de actrices en mi vida, de los que bebí inconscientemente.
Así que Mónica: Estás perpetrada en mi recuerdo. Efímero, sí, durará lo que dure mi vida, e inexacto, por supuesto, porque no fui a tu casa más de tres o cuatro veces, y era muy chica. Pero has trazado una senda, que otras continuaremos, porque somos colegas y la profesión nos une.
Estabas tan nítida en mi recuerdo, y no me había dado cuenta de ello. Te recuerdo delgada y enrulada y muy alegre. Por ahí fuiste así, por ahí no. Por ahí no te imaginabas que esa nena tímida, hija de tu amiga y compañera de ensayo, seguiría tus pasos, con una convicción imperturbable.
Así como los antepasados, nosotras, las vivientes, llevamos tu antorcha, y la de todas las actrices muertas que han vivido y sobrevivido para que hoy nosotras sigamos viviendo y sobreviviendo.
La casualidad ha querido que me entere de tu muerte. El azar, el destino, ha querido que yo abra ese mail, no puedo evitar pensar que es un mensaje del cielo, de los Dioses, de quien sea, y que me llama a la reflexión, y que me recuerda una vez más que luego no quedará mucho de mí, una lápida, o ni siquiera eso, y algunos cuantos textos que no dirán ni un 10% de lo que fue mi vida. Fósiles arqueológicos de mi paso por este mundo, una pobre reconstrucción de algo que inevitablemente será olvidado.
Debe ser difícil dejarse ir, Mónica. Bien por ti.

Un sincero adiós, y te deseo fuertemente, intensamente, que en paz descanses.

La hija de Ana.

7 comentarios:

pau dijo...

tremendo

Maya dijo...

Muy fuerte mi querida Gaviota...muy fuerte...y toda esa imágen del piano es conmovedora. Que descanse en paz.

Un abrazo,

Maya

MAGDA TAGTACHIAN dijo...

Me entero ahora viendo la entrega de los premios Cóndor que se fue Mónica Núñez Cortes. La adoraba! Ella venía a casa, en la calle Paseo Colón 797, en San Telmo, a enseñarnos flauta dulce a mis hermanos y a mi. El hermano de Mónica, el luthier Carlos, era vecino de mis viejos en este edificio. Yo no tendría mas de nueve o diez años, no recuerdo bien, y quizá Mónica unos 20. La recuerdo hermosa, con su jardinero de jean y sus tacos altos. La admiraba y trataba de imitarla! Nunca más la volvi a ver y siempre me preguntaba con mucho cariño qué sería de su vida. Triste y abruptamente me enteré ayer de esta noticia. Al querer saber algo más, encontré de casualidad (o no), tu sentido homenaje a Mónica en la web. Me impresionó y alegró compartir la misma sintonía. Se ve que ella era (es) una persona muy especial. Brillaba, generaba sutil fascinación en la mirada de un niño. Me sumo a tu saludo y homenaje. Qué bueno poder hacerlo. Y tenés razón, hay que ser muy valiente para dejarse ir, así, en paz.
Un saludo grande y mi enorme cariño y recuerdo para Mónica Nuñez Cortés.
Magda Tagtachian, Agua de Azucena en mi blog.

Anónimo dijo...

También me enteré tarde... tardísimo. Hacía como tres años que no la llamaba para su cumple, el 5 de febrero. Y la noticia me paralizó.
Hace unos meses llamé a su casa para hablar con su hija Anabel; me atendió el contestador, y nunca más volví a tomar coraje. Tal vez estas líneas sirvan, al menos para descargar mi impotencia.
Animé con ella fiestas infantiles durante diez años más o menos. Puro talento. Nos reuníamos mucho en su casa, donde estaba el piano (que sí, era de cola!).
A veces yo llegaba más temprano a nuestros ensayos, y mientras "pintaba payasitos" (era nuestra tarjeta), ella todavía estaba dando clase de canto, y entonces la escuchaba tocar y cantar.
Tengo muchísimos recuerdos de nuestros hijos pequeños jugando, de ella apareciéndose en casa, de dirigirnos en las obras de teatro del jardín al que iban los chicos, y un sinfín de anécdotas de nuestros días de animación.
Hay dos anécdotas que la pintan de cuerpo entero, y es la Mónica que quiero recordar:
- Un día, yendo a animar una fiesta, un colectivero nos cedió el paso en una boca calle; se bajó, le hizo una reverencia importante, le brindó un aplauso y le tiró un beso; se subió al auto y seguimos como si nada.
- Tiempo después, yo iba con uno de mis hijos por la calle; desde un taxi, asomando medio cuerpo por la ventanilla, alguien grita un gigante: ¡GABY TE QUIEROOOOOOOOOOOOOO". Yo también, Moni, aunque en ese momento sólo me morí de risa.


Rulos, carcajada disponible, gran corazón... todo en un cuerpito chiquitito con brazos enormes.
Te quiero, Mónica Núñez Cortés, y aunque habíamos perdido un poco el contacto, vos lo sabías y lo sabés.
Sonreínos desde las estrellas, que nos hace falta.
Hasta la vista, amiga.

Anónimo dijo...

no lo puedo creer..!!! me acabo de enterar...pensar que yo la iba a ver con mi mama al teatro cuando actuaba con margarito terere..la amo siempre me acordaba de ella..que seria de su vida..que descanse en paz..TE AMO MONICA..

Anónimo dijo...

no lo puedo creer..!!! me acabo de enterar...pensar que yo la iba a ver con mi mama al teatro cuando actuaba con margarito terere..la amo siempre me acordaba de ella..que seria de su vida..que descanse en paz..TE AMO MONICA..

Anónimo dijo...

no lo puedo creer..!!! me acabo de enterar...pensar que yo la iba a ver con mi mama al teatro cuando actuaba con margarito terere..la amo siempre me acordaba de ella..que seria de su vida..que descanse en paz..TE AMO MONICA..