sábado, 25 de abril de 2009

Ojos.

De vez en cuando vuelvo a pensar en mi abuela Catalina. Catalina es un nombre hermoso. En mi casa paterna, hay una foto de ella, con esos ojos que son mis ojos casi, genes dominantes que se esparcieron por toda la familia. Los ojos de mi abuela Catalina están llenos de fuerza, pienso, me transmiten fuerza, confianza, no hay ningún recelo, parecen decirme "sí" a todo.
El 29 de noviembre pasado nación Panchito, mi hermano. Tiene por supuesto, la misma fatalidad de ojos. Los ojos de mi hermano, que son los ojos de mi papá, pero que volvieron a nacer, me miran inexplicables desde los brazos de su madre. Panchito agita sus piernas y sus brazos para todos lados. Tiene una fuerza enorme, me da la sensación de que apenas pueda caminar saldrá corriendo, a tomar el mundo con las dos manos.
El día que nací, me contó mamá, yo levantaba mi cuerpecito con las manos, boca abajo, para apoyar la cabeza del otro lado. Algo de esa fuerza tiene Panchito. Mi papá es fuerte, directo, las cosas que quiso las tiene. Me hace bien pensar que mis padres se las saben arreglar. Es como si su perseverancia me diera confianza.
Mi mamá también es fuerte. Cuerpo de rusa (50 por ciento). Tenemos la misma caja torácica.
A veces me impresiona pensar que detrás de mi, hay una cadena interminable de mujeres, que viene desde quién sabrá dónde. Hombres y mujeres que sostienen mi existencia. Cuya fuerza de vivir me ha sido heredada, el querer seguir adelante, el trascender, el reproducirse hacia el infinito. Porque ya estar vivo no es poco. Mucha gente antes de mí, se mantuvo bien viva, para que yo ahora esté acá. Y así me mantengo yo acá, viva, en honor a ellos.
El 7 de enero pasado falleció mi abuela Mery. Me impresionó verla, la luz del mediodía entraba en la habitación. Estaba morada, desvanecida, llena de moretones, o aglomeraciones de sangre, quien sabe. No estaba maquillada ni nada. estaba así, muerta. No pude tocarla. A diferencia de otras veces, tenía la sensación de que me mordería si yo me acercaba. A las enfermeras las golpeaba. Y para subirla a la cama había que agarrarla entre tres. Y estaba delgada, delgadísima, y con esos huesos que son mis huesos, (son iguales) duros durísimos, golpeando, haciendo daño. "¡Y cómo rasguñaba!" contaba su compañera de cuarto, y no parecía que hablaba de una mujer de 95 años, hablaba como de un tigre.
Mi abuela fue siempre gorda, pero se murió delgada. Y no pude tocarla, porque su cuello, y su clavícula allí en la cama, eran idénticos a mi cuello y mis clavículas, y a los de mi mamá. Nunca la había visto delgada, y no sabía cuánto nos parecíamos físicamente. Y verla así, reventada de vida, violeta y roja, me remitía a un posible final mío.
Porque tenemos un cuerpo fuerte de mujeres que viven mucho, y eso no siempre es bueno. No si ya no se puede caminar, o te agarra la senilidad inminente. Seguir transcurriendo en el tiempo como quien mira por la ventana.
A veces pienso que de vieja voy a volverme loca. No por decisión propia, una enfermedad, o algo. Un alzeimer galopante, una esclerosis. Enfermedades del siglo XX, post-penicilina.
Bueno, qué post deprimente. ¿Será que hoy tuvimos 10 personas solamente en body Art y me vine con ese peso?
Pero me da esperanza saber que los ojos de mi abuela Catalina se mantuvieron ardientes hasta último momento. Las penas y los malos ratos no pudieron quitarle su sentido del humor.
El sentido del humor me ha salvado me ha salvado muchas veces de muchas cosas. Algo muy adentro mío, me protege, como una pequeña luz blanca, blanquísima, que siempre sabe que a pesar de todos los inviernos del mundo, siempre hay esperando, latente y demoníaca, un primavera.

7 comentarios:

Diego dijo...

Muy buen post, Solcita. No importa que tenga un dejo de depresión, es bueno. Tiene autenticidad, si se me permiten este tipo de categorías.


Qué no decaiga.

la Dama sol dijo...

Gracias diego, siempre un amigo.
a ver cuando viene a ver body!!!
un beso

sol

Maya dijo...

Me encantó el post mi querida Gaviota. Me imagino esos ojos enormes y es cierto siempre detrás de nosotras vienen mujeres fuertes con sus personalidades y de ahí siempre heredamos nuestra fiereza.

Un beso querida mía,

Maya

paulina funes dijo...

Hola Sol, este texto es conomovedor, o al menos a mí me conmovió. Es profundo y si te extendés quien sabe a donde llegue...y si no, está bueno igual.
Lo de la poca gente en body art, que bah...que se jodan los que se la pierden.
Y, de nuevo, te felicito por la traducción de tu obra, che. Esas cosas son buenas para el amor propio, no se puede negar.
Besos
Paulina

la Dama sol dijo...

Hola Maya! Siempre presente vos!! Gracias por pasar! Ahora voy a ver tu blog, a ver cómo andás! Tu familia?

Paulina! disculpá que tardé en contestar, pero anduve con varias cosillas...! ¿como andás? a vos tb ahora te visito.
Voy a ver si puedo hacer de este txt otra cosa, un cuento, un di´logo, no se. Por ahí quede así, jaja.
un beso!

Sol

Nurit dijo...

Sol: me encantó el final. Me hizo acordar que te extraño. Tenemos que vernos sí o sí.
El otro día escribí una escena donde hablaba de la primavera y me acordé de vos y de algo que habías posteado en el blog sobre la primavera.
Besos!

Maya dijo...

Bella, andamos bien por la casa y con muchas novedades de trabajo, en especial de teatro. Organizando la fiesta de los 25 años de la Tarumba y manejando tres obras de teatro: Cena de Tontos, La Pulga en la Oreja y la Gran Comedia Romana. Realmente han sido un éxito en mi país y estoy muy contenta de trabajar con muchos actores espectaculares.

Cuidate mucho reina y estamos en contacto siempre.

Maya