Tal vez coma y vomite.
Tal vez instigue a mi familia a tomar un helado.
Tal vez me alquile una película para no mirar a nadie vivo a la cara. Una de esas que cuentan la vida de escritores, o de músicos, o de cineastas.
Solo quiero que llegue mañana para salir corriendo de aquí.
Últimamente pienso bastante en los días de la semana.
Pienso que me compré la agenda equivocada. Que debería haber elegido otra. Que la que tengo está mal.
La comida me cae mal. No estoy digiriendo bien. La comida permanece perpetua, inmóvil sobre la pared de mi estómago. Se pudre, la comida. Se momifica.
Es mi imaginación. Me imagino que estoy muerta entonces mi estómago no digiere la comida.
Qué se come hoy que no se come a dónde se va a comer cuánto y por qué se come quien come y quien no come qué querés comer que te haga de comer la comida quien se va a comer lo que queda de la comida
Los ojos fijos en la comida. El universo fijo sobre la mesa. La hora de la cena. ¿Qué querés?
Abro la boca para no hablar. La relleno de masa, de pasta. ¿Qué se te ocurre que vas a comer?
Retorcerme sobre la mesa y llorar. Una escena familiar.
Comer para no matar.
Me encierro en el baño el mayor tiempo posible. Si es posible me indigesto, me descompongo. Me tengo que ir.
Una vez por semana, sólo quiero que llegue mañana a la mañana para salir corriendo de aquí.
sábado, 7 de abril de 2007
Visita
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1 comentario:
antes velaban a los muertos sobre una mesa.
clarísimo.
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